Introducción

San Agustín es uno de los teólogos y personajes de la historia que admiro profundamente. Le admiro porque es para mí uno de los ejemplos más claros de cómo puede trabajar la gracia de Dios en una persona. He leído sus “Confesiones”, y me impactaron bastante. Pero hay otro Agustín que ha tenido en mi vida un impacto mayor que Agustín de Hipona. Es Agustín Vaquero, un humilde ditero que ha dedicado su vida a compartir el evangelio en cualquier rincón donde llevara su mercancía. Que ha sido usado por Dios para traer a sus pies a muchas almas, entre ellas la mía, y cuya vida, junto con su mujer, Conchi, han sido y siguen siendo para mí un ejemplo a seguir.

Hemos conseguido reclutarle para escribir en la página de COMPANION, por lo cual doy gracias a Dios porque, a pesar de no tener estudios universitarios, es un gran comunicador y su pasión por Dios y por compartir el evangelio es parte fundamental de todo lo que escribe. Pero además, es uno de los nuestros. Es una prueba de que los mayores en años y jóvenes de corazón tienen aún mucho que decir. 

Así inauguramos con él una nueva sección titulada: “Confesiones de Agustín”.

COMPANION