La Naturaleza

Hemos visto cómo la Biblia nos enseña de mil y una maneras si la leemos con humildad. En esta ocasión quiero recordar las muchas veces que nos enseña a través de la naturaleza.

El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más. - Salmo 103:15

La vida del hombre es corta y pasa rápidamente.

Él os dio vida, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. - Efesios 2:1

Los creyentes tenemos una nueva vida en Cristo por la obra del Espíritu Santo en nosotros.

Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque:

Toda carne es como hierba,

Y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba.

La hierba se seca y la flor se cae;

Mas la palabra del Señor permanece para siempre. - 1ª Pedro 1:23-25

Todo este proceso de llegar a experimentar una nueva vida, es gracias al conocimiento de la Palabra de Dios la cual permanece para siempre y nos lleva a conocerle y a creer lo que nos dice:

[…] Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; […] y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. […] ¿Qué más podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? [...] - Isaías 5:1-7

El Señor nos cuida y llena de bendiciones y tiene un propósito para nuestras vidas: que llevemos fruto para su gloria.

Pero, ¿cómo podemos nosotros siendo hombres pecadores dar ese precioso fruto? Necesitamos permanecer en comunión con Él porque si no, estamos muertos. Jesucristo utiliza el ejemplo de la vid y los pámpanos:

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. […] Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.- Juan 15:1-5

Cuando fallecieron mis abuelos, heredamos una parte de su finca. Mi padre, viendo que los frutales daban muy buen resultado, empezó a injertar árboles. Aprendí lo que era un injerto y cómo se hacía. Se corta el árbol silvestre y se introduce en él unas cuñas que tengan algún brote del árbol bueno; de esos brotes surgen ramas que ya producen el fruto del árbol bueno. Así, ahora puedo entender mejor lo que quiere enseñar Pablo al escribir a los romanos:

[…] Si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, […]- Romanos 11:16-17

Pablo dice que los judíos, por rechazar y ser rebeldes contra Dios, han sido desgajados del árbol de su pueblo, y los gentiles, que no éramos de Él, hemos sido injertados para que pertenezcamos a Él. Eso hace que los gentiles podamos producir buen fruto para Dios porque recibimos la buena savia del olivo divino.                                                                                                  

El apóstol Pablo cuando está hablando sobre la resurrección, se hace la siguiente pregunta:

[…] ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. […]

Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. - 1ª Corintios 15:35-43

Por último, quisiera citar dos momentos en la Biblia en que se nos avisa que debemos prepararnos para la venida de nuestro Señor:

Decía también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará calor; y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo? - Lucas 12:54-56

Todas las profecías que hablan del fin de los tiempos se están cumpliendo y sin embargo seguimos viviendo como nos parece:

Vosotros, pues, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. - Lucas 12:40

Gracias al Señor por sus enseñanzas basadas en la naturaleza.

Dios habla de manera que podamos entenderle y así Jesús utilizó muchas imágenes agrícolas para dirigirse a una comunidad para la que el campo era su día a día. Estas imágenes siguen teniendo valor hoy en día. La creación de Dios sigue hablándonos de Él.

Agustín Vaquero