1ª historia de tulipanes
Antes de comenzar con mis historias, quiero presentarme. No soy botánica, ni jardinera, ni siquiera soy experta en flores. Soy una simple madre que en medio del confinamiento en que nos encontramos veo a mis hijos enganchados al ordenador, recibiendo clases virtuales, y he decidido escribir acerca de uno de los más inesperados maestros que he tenido en mi vida.
Voy a tratar de explicarme mejor. El pasado mes de septiembre, el tercero de mis cuatro hijos contrajo matrimonio con una chica preciosa. Mientras preparaban la boda y los regalos para los invitados, ella decidió que quería preparar unos bulbos de tulipanes para entregar a los invitados como recuerdo de la boda. Yo no podía imaginar unos simples bulbos de tulipán como regalo, pero esperé a que llegara el pedido. Cuando llegaron no eran mejor de lo que esperaba. Eran unas semillas gordas marrones, que no tenían mucha belleza. Aunque los metimos en unas preciosas bolsas blancas con una tarjetita, el regalo no parecía tener el glamour que yo hubiera esperado. Aun así, cada invitado se llevó sus semillas para plantarlas en una maceta.
Hace unas semanas comenzaron a salir unos brotes verdes. Fue un poco antes de lo esperado porque el tiempo ha sido demasiado bueno para estas fechas. Ahora están comenzando a salir las flores. Claro, todo se ha adelantado por el calor. Como esta semana ha nevado aquí muchísimo, metí los tulipanes que tenía en el balcón, dentro de casa (cosa que creo que no debía haber hecho). De cualquier forma, eso me ha permitido disfrutar de cómo han ido creciendo cada día, porque los tengo en frente de mi mesa de trabajo. He ido viendo cómo una pequeña flor luchaba cada día para hacerse paso entre las hojas que la protegían, hasta que ha aparecido el primer tulipán.
Estoy muy contenta de ver algo de color y de vida en medio de la difícil situación que estamos viviendo. Y por medio de esta simple flor, mi inesperado maestro, he aprendido que muchas veces, las cosas hermosas comienzan siendo muy feas, y que hace falta paciencia, cuidado y tiempo para que lleguen a ser hermosas, como Dios tenía planeado.
Eclesiastés 3:11, dice que Dios “todo lo hizo hermoso en su tiempo…”. A veces las cosas no parecen bonitas al principio, ni las situaciones parecen tener nada bueno, pero a su tiempo, podremos descubrir su hermosura si confiamos en Dios. Estamos en una situación fea y difícil, pero pedimos a Dios, el que todo lo puede, que nos ayude a salir de ella pudiendo ver, llegado el tiempo, muchas cosas hermosas: menos contaminación, familias pasando tiempo juntas, espacios para pensar, solidaridad, así como es mi deseo que esta situación nos lleve a acercarnos al Hacedor de la vida, el único que puede traernos paz y esperanza ahora y siempre.
Ada Cook
COMPANION